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El mercado económico se parece cada vez más a una jungla donde todos quieren convertirse en los reyes, la competitividad es absoluta y las empresas buscan la manera de aumentar su popularidad, sus beneficios, imponiéndose a sus rivales. Se desarrollan estudios de mercado, se abren nuevas vías para la publicidad y la utilización de los recursos online, con miras a generar una mejor imagen de la empresa entre todos los públicos… Pero para conseguirlo, la implicación de todos los empleados, del primero al último, debe ser total y absoluta. En una época como la actual, donde si tiende al individualismo y a ver a las empresas como simples plataformas para obtener mejores puestos de trabajo, no resulta sencillo conseguir esa sinergia con los trabajadores, que se impliquen más allá de su propio interés personal y que trabajen para mejorar la situación general de una empresa.

Aunque la figura siempre había existido, de una u otra forma, lo cierto es que en los últimos años se está hablando mucho de los coach, preparadores especializados en generar motivación, un ambiente adecuado y perfecto para seguir avanzando como empresa y como trabajadores. Los coaches han llegado al mundo del deporte, la música o la moda, pero también a otros sectores empresariales que no tienen que ver con el entretenimiento, donde se busca que su labor repercuta positivamente en la de la propia empresa que le contrata. Es una figura que sigue ganando popularidad en estos años y que será clave para la recuperación económica después de la pandemia, algo que muchos ya atisban en el horizonte gracias a las nuevas vacunas. Hará falta concentrarse y dar lo mejor de nosotros mismos, y para eso está el coach.

Qué es un coach consultor.

En la empresa, la figura del coach muchas veces se funde con la del consultor, ese profesional que es capaz de analizar la estructura, métodos de trabajo y resultados de un negocio, y mejorarlos según su propia experiencia y su manera de hacer las cosas. Unir ambas facetas, la de consultor y la de coach, permite a esa persona tener una visión mucho más amplia de la situación y poder ceñirse mejor a los consejos necesarios para que la empresa siga mejorando. El coach-consultor no solo motivará a los empleados y generará nuevas formas de trabajo para mejorar su productividad, sino que también aconsejará a los directivos sobre la dirección a seguir para aumentar el beneficio y la popularidad de la empresa.

Qué tareas lleva a cabo

La tarea principal del coach es motivar, normalmente a través de su propia experiencia y sus conocimientos, a los empleados de un negocio concreto para poder dar la mejor versión de sí mismo. Esto se consigue a través de sesiones conjuntas de trabajo, de entrevistas personales a los trabajadores, de la creación de numerosas dinámicas de grupo que hacen que, más allá del trabajo en sí, los empleados entiendan la importancia de lo que hacen, que se genere un buen ambiente en la oficina o el centro de trabajo, y que todos se sienta respetados y valorados en la medida en que deben estarlo para darlo todo de sí mismos en su trabajo, desde el director de la empresa hasta el empleado que acaba de llegar.

Además de las tareas de coaching, que tienen que ver normalmente con los recursos humanos, el coach-consultor tiene también su parte más estratégica adherida a esa segunda función, la de analizar con detalle los procesos productivos y de trabajo de la empresa, y mejorarlos, desde su experiencia y su propia visión, para hacerlos más eficientes. Al unir ambas facetas, el coach-consultor resulta una figura indispensable para el perfeccionamiento de un negocio, de cara no solo a generar un ambiente más motivador para el trabajo, sino en conocer de primera mano qué teclas debe tocar para que la empresa funcione. El ser consultor añade un punto de vista importantísimo para estos coaches, el entender a fondo la realidad de una empresa desde dentro.

Convertirse en Coach-consultor

Así, sobre el papel, el trabajo del coach-consultor parece fascinante y muy bonito, pero en la realidad es un trabajo bastante duro, en el que muchos tienen que toparse con negativas por parte de empleados, que no quieren probar nuevas formas de trabajo y prefieren quedarse con su conformismo, o directamente con aquellos que les miran por encima del hombro y desprecian cualquier labor que puedan realizar. El coach necesita ganársela confianza de aquellos a los que va a ayudar, y una de las mejores formas de conseguirlo es tener un currículum intachable, demostrando que no somos unos novatos y que tenemos muchísima experiencia en el sector, con casos de éxito populares que nos ayuden a generar esa confianza necesaria.

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Para llegar a ser consultor de cualquier empresa, el camino es muy parecido. Podemos estudiar Finanzas, Administración y Dirección de Empresas o cualquier carrera del ramo, y luego especializarnos en consultoría, pero la experiencia de haber hecho esas consultas a otras empresas y obtener buenos resultados es lo que nos dará el empujón definitivo para entender que todo ese conocimiento adquirido lo podemos compartir con otras empresas, ciñéndonos a lo que necesitan, adaptándonos de la mejor manera posible para que su éxito sea también el nuestro. Existen cursos especializados en coaching empresarial, dirigidos normalmente a gente que ya tiene su propia empresa, que la dirige o que está en puestos intermedios, para conocer mucho mejor la realidad que les rodea.

Cómo saber si necesitas un coach consultor para tu empresa

Ahora nos ponemos del otro lado, no en el del coach, sino en el del empresario que escucha hablar de estas nuevas tendencias y piensa si pueden servirle a su propia empresa para mejorar. El coaching siempre suele ser positivo porque genera  una forma más eficiente de realizar el trabajo, un ambiente laboral más relajado y fácil de llevar… Es una inversión, al fin y al cabo, que podremos meter dentro de los recursos humanos. Pero hay empresas medianas y pequeñas donde ese tipo de gastos se cuidan muchísimo, así que muchos no lo tienen tan claro a la hora de contratar a un coach-consultor, y solo lo hacen en los periodos de vacas flacas.

Cuando la empresa no consigue levantar cabeza y pierde terreno frente a sus competidores, cuando el ambiente de trabajo o la productividad de los propios empleados no está en el punto idóneo para llegar más lejos y mejorar esa situación, la intervención de un coach-consultor puede ser determinante para cambiar el rumbo de la empresa por completo, no solo por su labor motivadora, sino también por los consejos que dará sobre los negocios, la forma de trabajo y demás, gracias a su labor como asesor y consultor. Cualquier empresa puede beneficiarse de esa experiencia, y seguro que encuentras al coach-consultor perfecto para la tuya.