El negocio del porno en números
Cuando el director Peter Jackson culminó la trilogía de El Señor de los Anillos, un hito que aparentemente era irrealizable, supo que había conseguido algo grande. Y que muchos le criticarían por ello. No por los fallos que pudiera haber en unas películas que, por otra parte, habían sido cuidadas hasta el extremo. Más bien, por haberse vendido a un sistema del que parecía renegar tan solo unos años antes. El director neozelandés había destacado gracias a películas como Braindead o Bad Taste, que serían imposibles de producir por una major en Estados Unidos. Parecía destinado a ser el nuevo gurú del cine basura del siglo XXI… Pero sus aspiraciones eran mucho mayores. Así que buscó financiación en las más grandes productoras de Hollywood y seguramente tuvo que hacer muchas concesiones para ver su obra terminada. Jackson se había convertido en parte de la industria, y eso, en al arte, puede ser un pecado mortal para el creador. Sin embargo, cuando hablamos de otras industrias del entretenimiento, como el porno, parece imposible escapar de las redes de ese negocio tan lucrativo.