El negocio de la prostitucion-1

Cuando el director Peter Jackson culminó la trilogía de El Señor de los Anillos, un hito que aparentemente era irrealizable, supo que había conseguido algo grande. Y que muchos le criticarían por ello. No por los fallos que pudiera haber en unas películas que, por otra parte, habían sido cuidadas hasta el extremo. Más bien, por haberse vendido a un sistema del que parecía renegar tan solo unos años antes. El director neozelandés había destacado gracias a películas como Braindead o Bad Taste, que serían imposibles de producir por una major en Estados Unidos. Parecía destinado a ser el nuevo gurú del cine basura del siglo XXI… Pero sus aspiraciones eran mucho mayores. Así que buscó financiación en las más grandes productoras de Hollywood y seguramente tuvo que hacer muchas concesiones para ver su obra terminada. Jackson se había convertido en parte de la industria, y eso, en al arte, puede ser un pecado mortal para el creador. Sin embargo, cuando hablamos de otras industrias del entretenimiento, como el porno, parece imposible escapar de las redes de ese negocio tan lucrativo.

Porque estar en la industria es poder vivir de ella, generar los suficientes ingresos para tener una existencia acomodada trabajando en lo que nos gusta. Como pasó con las primeras películas, o los primeros artistas musicales, los actores del porno antes de los 60 no podían vivir de ello. Era más bien un hobby, bastante peligroso en algunos casos, eso sí. Medio siglo más tarde, las principales empresas del negocio han conseguido amasar miles demillones de dólares gracias a satisfacer los deseos sexuales del público. El porno como industria está evolucionando a la velocidad de la luz, tanto por las tecnologías como por el cambio en los gustos de los seguidores. La mayoría siguen siendo varones jóvenes o de mediana edad, que ven en el porno una salida a sus insaciables fantasías sexuales. Pero hoy por hoy, la industria se mueve en un público mucho más amplio que incluye a mujeres, personas bisexuales e incluso parafílicos con el cuero, el BDSM y otros tabúes que serían impensables hace unos años. Y el porno sigue moviendo tanto dinero que es imposible apartar la vista, como ocurre con sus escenas.  

Un sector en auge

Podemos marcar el inicio de la verdadera industria pornográfica a finales de los años 60, pues es entonces cuando diferentes productores se alían para crear una verdadera red de películas. Las actrices y actores de la época podían trabajar de manera continua, y la grabación en soporte físico se hacía cada vez más popular, así que se empezaban a generar ingresos. El sexo vende, y está claro que a pesar de los tabúes que pesan todavía sobre este tipo de producciones, había mucho público potencial para ellas.

Décadas después, con sus altibajos y sus obstáculos, el porno sigue siendo uno de los negocios más rentables que existen. Siempre hay mucha demanda, y gracias a Internet la industria ha podido expandirse y llegar a un nuevo público potencial. Eso ha venido de maravilla tanto a creadores como a productores, para seguir fortaleciendo el negocio.  

Grandes productoras de contenido

Tal vez el nombre de MindGeek no te suene demasiado si no estás habituado a estudiar a los grandes emporios online. La empresa, creada hace menos de veinte años, se ha convertido en el verdadero gigante del porno en Internet. Para hacernos una idea, MindGeek es hoy por hoy propietaria de sitios como Pornhub, RedTube o YouPorn, además de poseer productoras de contenido tan potentes como Brazzers o Reality Kings. Más allá de esta gran compañía existen muchísimas otras que también pueden pelearle un puesto en lo más alto del porno actual, pero ya son algo menos populares. La industria se ha convertido en una especie de oligopolio donde solo unos cuantos se reparten la mayoría del pastel, dominando no solo la creación, sino también la distribución y exhibición del contenido. Los datos de Pornhub, por ejemplo, son escalofriantes.

Más de 100 mil millones de visitas al año, con millones de vídeos subidos a la plataforma tanto por la empresa que la gestiona como por los propios usuarios anónimos. El sitio es gratis, aunque tiene también una versión Premium con acceso a diferentes ventajas. También es cierto que los vídeos que se suben aquí no están completos, y son solo ganchos para que el usuario vaya a la página de la productora y se abra una cuenta de pago. Los analistas apuntan a que el porno mueve actualmente más de 100.000 millones de dólares en todo el mundo, siendo Estados Unidos el país donde más dinero se genera. Gran parte del contenido viene de allí, aunque es cierto que en los últimos años esto también se está descentralizando bastante.  

La revolución de Onlyfans

Porque el porno es una industria en constante cambio, en una evolución continua, buscando siempre la mayor rentabilidad. Gracias a Internet, las oportunidades se han multiplicado en los últimos años, permitiendo que aparezcan plataformas de la nada como Onlyfans que lo están cambiando todo. Basada en un sistema de contenido por suscripción bastante mejorado, Onlyfans ofrece a creadores de contenido un lugar donde contactar directamente con sus seguidores. Sin productoras de por medio, sin intermediarios, solamente con una vía muy personal entre el creador y el fan. Así es como muchas chicas anónimas están consiguiendo ganar miles de dólares cada vez gracias a subir contenido explícito a esta plataforma.

Es una especie de porno amateur 2.0, que ha resultado muy interesante a los amantes de este tipo de contenido. Solo en 2021, año de la consolidación de este servicio, los creadores ganaron en total más de 3.900 millones de dólares. Si lo comparamos con el total del porno todavía puede parecer algo nimio, pero es cierto que en este caso estamos hablando de una plataforma que acaba de nacer y lo está cambiando todo. El hecho de poder encontrar a las propias pornstars en Onlyfans, en compañía de celebrities como Bella Thorne o alguna del clan Kardashian, ya nos da una imagen de todo lo que supone esta plataforma. Hay una revolución en marcha y la industria tradicional del porno está empezando a darse cuenta de que no puede luchar contra ello. Debe tomar nota del contenido que se comparte en estas redes para entender lo que el cliente busca, y por lo que está dispuesto a pagar.  

El futuro de la industria

¿Hacia dónde está virando el porno actualmente? Un negocio que mueve tanto dinero al año parece estar siempre en peligro de morir de su propio éxito. De hecho, muchos afirman que las restricciones y censuras que varias redes sociales ya están utilizando contra el contenido explícito puede afectar, al medio plazo, a la industria.

Sin embargo, el porno sigue dando contenido a una demanda demasiado grande como para desaparecer. De hecho, parece que su idilio con la tecnología seguirá expandiéndose y creciendo, a través de la Realidad Virtual. La calidad de las escenas es ya casi insuperable, pero una tecnología que permita una mayor inmersión puede ser el punto de inflexión que necesita el porno en esta nueva era.