La economía actual no es tan estable ni boyante como la de hace unos años, de manera que son muchas las personas que deciden salirse de los caminos más convencionales a la hora de definir su trayectoria laboral. Por eso, últimamente están surgiendo más emprendedores que deciden hacer la guerra por su cuenta en lugar de trabajar para el mismo jefe toda la vida.

Sin embargo, crear una empresa desde cero y dotarla de la estructura y los procesos necesarios para que tenga éxito no es nada fácil. Para ello, hay que realizar un trabajo importante desde antes de crear la compañía propiamente dicha.

¿Tienes lo que hay que tener para triunfar?

Lo primero que se debe hacer es elegir un sector o nicho en el que exista la necesidad de una empresa nueva. Se debe estudiar el mercado para conocer la competencia y analizar qué se puede «copiar» y cómo hay que diferenciarse de los demás. Es bueno no optar por un ámbito superpoblado de empresas, pero si no hay nadie que esté poniendo en práctica tu idea de negocio, quizá es porque no es tan buena o simplemente es difícil llevarla a la práctica.

Dicho eso, los emprendedores deben innovar y tratar de buscar oportunidades de negocio donde no las han sabido ver. Eso implica arriesgarse, tanto en lo económico como en lo personal. Si crees que ser emprendedor es fácil y tienes miedo a fracasar, quizá es mejor que te quites la idea de la cabeza y vuelvas a un trabajo de oficina.

Como en cualquier cosa en la vida, la formación es imprescindible para poder tener una base sólida sobre la que establecer los cimientos de la empresa. Lo que puede cambiar en este ámbito es que no basta con estudiar una carrera o un máster, sino que se debe estar al tanto de las últimas tendencias en el sector escogido y a partir de ahí que la formación sea continua e integral. Por ejemplo, aunque la hipotética empresa se encuentre englobada en el sector alimentario, se han de tener conocimientos de marketing, contabilidad, relaciones públicas, etc. Lógicamente, se pueden contratar trabajadores para que cumplan esas funciones específicas, pero sobre todo en los inicios se deben reducir los gastos al máximo, especialmente si no se cuenta con una inversión inicial considerable, como suele ser el caso. Eso sí, ponerse el disfraz de Supermán y querer hacerlo todo uno mismo es prácticamente inviable, así que tendrás que buscar compañeros para formar un grupo de trabajo competente que pueda abarcar todas las necesidades de un negocio.

Al igual que es importante contar con compañeros de trabajo eficientes y que sepan llevar bien la actividad grupal, en Estados Unidos principalmente se da mucha importancia a la imagen del mentor. Contar con una persona con experiencia en el sector o, al menos, en la creación de empresas que sirva de guía y respaldo. Esto puede ser muy útil cuando vengan mal dadas, pero también a la hora de gestionar los triunfos.

En definitiva, ser un emprendedor de éxito no es fácil y hay que saber gestionar múltiples factores, trabajar mucho y estar en el lugar adecuado en el momento correcto. Eso sí, las satisfacciones y los beneficios pueden ser enormes.